corazones

 
 

 

sadovi_posvetitve_jezusovemu_in_marijinemu_srcu.jpgEl cristiano se puede consagrar y entregar  a los Sagrados Corazones de Jesús y María donde y cuando quera.

  • Lo fundamental es que desee pertenecer totalmente a Jesús y a María.
  • Para cosagrarse, lo más aconsejable es utilizar las oraciones aprobadas por la Santa Iglesia Católica.
  • La cosagración rendirá sus mejores frutos si el individuo o el grupo realizan una buena preparación previa.
  • Debemos conocer bien qué es la consagración.
  • Una buena preparación requere de oración, como por ej. realizar un triduo o una novena y de una buena confesión.

 

Comisión para la Consagración a los Sagrados Corazones de Jesús y de María:Abadía cisterciese de Sticna, Sticna 17, Si – 1295 Ivancna Gorica, Eslovenia, EU.

Sagrados Corazones

Oracion para la prepracion de la consagracion

 

Oracion parara la prepracion de la consagracion personal

Oracion parara la prepracion de la consagracion de la parroquia

 

Oracion para la consagracion

Oracion para la consagracion personal de los individuos y de los grupos

Oracion para la consagracion personal de la familia

1. Oracion para la consagracion personal de la parroquia
(variante singular)

2. Oracion para la consagracion personal de la parroquia
(variante plural)

Oracion para después de la consagracion

 

Oracion para después de la consagracion
(para los indiviruos)

Oracion para después de la consagracion
(para las familias)

Oracion para después de la consagracion
(para las parroquias)

Sagrados Corazones

Oraciones para la consagración
a los Sagrados Corazones de Jesús y de María

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Sagrados Corazones


Oración para la consagración personal de los individuos y de los grupos

 

Padre eterno, quiero consagrarme en el Espíritu Santo y ofrecerme a los Sagrados Corazones de Jesús y de María, para ser un hijo tuyo cada vez más entregado y fiel.

Madre María, yo, (nombre), me entrego hoy a tu Inmaculado Corazón. Acógeme bajo tu protección maternal y condúceme a tu Hijo Jesús.

Señor Jesús, a través del Corazón Inmaculado de María me consagro y entrego a tu Sacratísimo Corazón. Haz que mi corazón sea imagen tu Corazón, para que tú vivas cada vez más en mí.

Sacratísimo Corazón de Jesús, Inmaculado Corazón de María, con esta consagración y entrega les devuelvo el Amor que me han demostrado en toda vuestra vida terrenal, especialmente en el Calvario, y que me siguen demostrando aún hoy. A la vez renuevo mi consagración bautismal al Dios trino: renuncio al pecado, al mal y a satanás; creo en todo lo que Dios nos ha revelado y tal como nos enseña la Santa Iglesia Católica.

Prometo cumplir con el mandamiento de Jesús de Amar a Dios y al prójimo, de observar los Mandamientos y los preceptos de la Iglesia y de obrar de acuerdo con la doctrina del magisterio de la Iglesia conducida por el sucesor de San Pedro. Con esto quiero contribuir a la unidad y al crecimiento de la Iglesia. Prometo que rezaré con alegría el Santo Rosario ya sea solo, en familia o en otras comunidades y que, con la devoción de los primeros viernes y de los primeros sábados de mes, haré acto de reparación por mis pecados y por los pecados de toda la humanidad.

Sacratísimo Corazón de Jesús, Inmaculado Corazón de María, ayúdenme a que acoja el Evangelio en mi corazón y a que viva en la fe, en la esperanza y en la caridad. De esta manera Jesucristo, con su santa Cruz y su Resurrección, será para mí el Camino, la Verdad y la Vida. Que el Pan celestial sea mi alimento y que viva del sacrificio eucarístico, para ser capaz de vencer toda clase de mal y optar siempre por la vida.

Lleno de confianza me refugio en el cobijo de vuestros amantes Cozones. Os ruego que me protejan en todos los peligros y condúzcanme, una vez acabado el peregrinar terrenal, felizmente a la patria eterna. Amén.

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 Sagrados Corazones

Oración para la consagración de la familia

 

Oh, Jesús y María, ustedes que, con San José vivieron en  familia, en Nazaret, conocen y les son caras todas las familias, también la nuestra.

Madre María, reina de la Familia, nuestra familia, unida en el amor, se  entrega  hoy a tu Inmaculado Corazón.  Acógenos en tu protección maternal y condúcenos a tu Hijo Jesús.

Señor Jesús, reunidos en tu nombre, a través del Corazón Inmaculado de María nos consagramos y entregamos a tu sacratísimo Corazón. Haz que nuestros corazones sean semejantes a tu Corazón, para que tú vivas cada vez más entre nosotros.

Sacratísimo Corazón de Jesús, Inmaculado Corazón de María, (* las familias con hijos menores de edad agregan: muy especialmente les consagramos y les entregamos la educación de los hijos), ayúdennos a que cumplamos a conciencia con nuestras obligaciones, a vivir según los Mandamientos divinos y los preceptos de la Santa Iglesia, especialmente  el Mandamiento del Amor a Dios y al prójimo, a aceptar el Evangelio en nuestros corazones y e obrar de acuerdo con la doctrina del magisterio de la Iglesia, conducidoa por el sucesor de San Pedro.

Queremos respetarnos mutuamente, tenernos paciencia, perdonarnos, llevar con Jesús fielmente nuestras cruces y esforzarnos por el amor que es capaz de dar la vida por los demás. Que no nos cerremos en nosotros mismos, que estemos atentos a las necesidades de los parientes y de las demás personas.

Que nuestra familia,  Iglesia doméstica, sea una comunidad de gracia y de oración, una escuela de virtudes humanas y cristianas, especialmente de la del amor. Participaremos con gusto de la vida de la parroquia, iremos a la Santa Misa y en el sacramento de la Reconciliación haremos realidad la reconciliación con Dios y entre nosotros.

Que el Pan de la Eucaristía haga de nosotros un solo cuerpo. Que la oración diaria familiar y personal sea el estímulo más fuerte para la aceptación de las responsabilidades que nos caben como familia cristiana.

Sacratísimo Corazón de Jesús, Inmaculado Corazón de María, protéjannos de toda clase de pecados. Prometemos muy especialmente que evitaremos los pecados contra la fe, la esperanza y la caridad, las blasfemias, los pecados contra la pureza, los pecados de la lengua y de la envidia, los pecados del odio y de toda maldad.

Prometemos santificar los días del Señor. De buena gana rezaremos el Santo Rosario para la conversión de los pecadores y, con la devoción de los primeros viernes y de los primeros sábados de mes, haremos acto de reparación por todas las ofensas con las que os ofendemos nosotros y el mundo, alejado de Dios.

Ayúdennos   a que vivamos siempre en gracia santificante y a que permanezcamos fieles hasta el fin a Ustedes dos. Concédannos que todos los miembros de nuestra familia alcancemos una vejez respetable y que gocemos un día con todos nuestros amigos de la alegría eterna en los cielos. Amén.

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 Sagrados Corazones

1. Oración para la consagración personal de la parroquia

(variante singular)
 * Si no se trata de una parroquia, sino de otro tipo de comunidad, hay que adaptar * el texto.

Madre María, aurora de salvación, como párroco de la parroquia * ... ... ... ...  me entrego hoy a mí mismo y a mi parroquia* a tu Inmaculado Corazón. Acógenos en tu protección maternal y condúcenos a tu Hijo Jesús, que es la Luz del mundo y el único Redentor, nuestra esperanza y salvación.

Señor Jesús,  a través del Corazón Inmaculado de María, en el Espíritu Santo, me entrego y consagro personalmente y a mi parroquia a tu Sagrado Corazón*para que  seamos hijos del Padre celestial que viven su filiación cada vez con mayor entrega y fidelidad.

Te consagro y entrego a todos los miembros de esta parroquia*, empezando por los más débiles, desde los no nacidos hasta los enfermos, los inválidos y los mayores. Te entrego a nuestras familias, a nuestros chicos, a nuestra juventud, a los que están solos y a los que han enviudado. En especial te pido por las familias desordenadas, heridas y deshechas.  Mira a los jóvenes que buscan el sentido de la vida y a los que se pierden en toda clase de aturdimientos.

Da tu ayuda a los desocupados, a los que están solos y a los desesperados. Te pido por todos los que están alejados de nuestra parroquia*. Por intercesión de María, recibe a todos los nombrados en tu Corazón misericordioso y hazme colaborador de tu Misericordia.

Misericordioso Salvador, aumenta en nosotros tu gracia para que renovemos nuestra consagración bautismal  al Dios trino, renunciemos al pecado, a la tentación del mal y a satanás. Que creamos en todo lo que Dios nos ha revelado y  nos enseña la Santa Iglesia Católica. Concédenos el Espíritu de amor, para que vivamos según el Evangelio, cumplamos tu mandamiento de amor hacia Dios y hacia el prójimo, observemos los Mandamientos y los preceptos de la Santa Iglesia, nos acerquemos dignamente a recibir los sacramentos, en especial el sacramento de la Reconciliación y la Eucaristía y obremos conforme a la doctrina del magisterio de la Iglesia.

Danos tu apoyo para que con la fuerza del Espíritu Santo y con sus dones y carismas prestemos atención al llamado de Dios y le respondamos con alegría y generosidad, para que contribuyamos a la nueva evangelización y colaboremos en la unidad y el crecimiento de la comunidad parroquial* y de la Iglesia universal.

Incentívanos para que oremos y haz que nos alimentemos con la Palabra de Dios y con el Pan celestial. De este modo podremos, dignamente preparados, vencer todo mal y optar siempre por la vida. Protégenos en todos los peligros y, por intercesión de tu Santa Madre María, una vez acabada la peregrinación terrenal, condúcenos al abrazo del misericordioso Padre celestial. Amén.

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 Sagrados Corazones

2. Oración para la consagración personal de la parroquia

(variante plural)
* Si no se trata de una parroquia, sino de otro tipo de comunidad, hay que adaptar * el texto. 

Madre María, aurora de salvación, nuestra parroquia * ... ... ... ...  se entrega hoy a tu Inmaculado Corazón. Acógenos en tu protección maternal y condúcenos a tu Hijo Jesús, que es la Luz del mundo y el único Redentor, nuestra esperanza y salvación.

Señor Jesús,  como parroquia*, a través del Corazón Inmaculado de María, en el Espíritu Santo, nos consagramos y nos entregamos a tu sacratísimo Corazón, para que vivamos cada vez con mayor entrega y fidelidad  como hijos del Padre celestial.

Te consagramos y entregamos a todos los miembros de esta parroquia*, empezando por los más débiles, desde los no nacidos hasta los enfermos, los inválidos y los mayores. Te entregamos nuestras familias, nuestros chicos, nuestra juventud, a los que están solos y a los que han enviudado. En especial te pedimos por las familias desordenadas, heridas y deshechas.  Mira a los jóvenes que buscan el sentido de la vida y a los que se pierden en toda clase de aturdimientos. Te rogamos que ayudes a los desocupados, a los que están solos y a los desesperados. Te pedimos por todos los que se están alejados de nuestra parroquia*. Por intercesión de María, recibe a todos los nombrados en tu misericordioso Corazón y haznos colaboradores de tu Misericordia.

Misericordioso Salvador, ante Tí renovamos nuestra consagración bautismal  al Buen Dios: renunciamos al pecado, al mal y a satanás. Creemos en todo lo que Dios nos ha revelado y  nos enseña la Santa Iglesia Católica. Concédenos el Espíritu de amor, para que vivamos según el Evangelio, cumplamos tu mandamiento de amor hacia Dios y hacia el prójimo, observemos los Mandamientos y los preceptos de la Iglesia, nos acerquemos dignamente a recibir los sacramentos, en especial el sacramento de la Reconciliación y la Eucaristía y obremos conforme a la doctrina del magisterio de la Santa Iglesia. Danos tu apoyo para que con la fuerza del Espíritu Santo y con sus dones y carismas prestemos atención al llamado de Dios y le respondamos con alegría y generosidad, para que contribuyamos a la nueva evangelización y colaboremos en la unidad y el crecimiento de la comunidad parroquial* y de la Iglesia universal.

Queremos alimentarnos  con la palabra de Dios y con el Pan celestial y orar regularmente para que así, dignamente preparados, podamos vencer todo  mal y optar siempre por la vida. Protégenos en todos los peligros y, por intercesión de tu Santa Madre María, una vez acabada la peregrinación terrenal, condúcenos al abrazo del misericordioso Padre celestial. Amén.

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